Fondos de inversión con objetivo de rentabilidad

2023 está siendo un año excepcional para los mercados bursátiles occidentales y especialmente beneficioso para la renta fija. Tras la reciente subida de los tipos de interés en 25 puntos básicos por parte del Banco Central Europeo (BCE), que ha elevado el tipo de intervención al 4,25%, y considerando la posibilidad cada vez más real de que estemos próximos o hayamos alcanzado ya el final del ciclo de incrementos de tipos, nos encontramos en un momento ideal para invertir en activos de renta fija. Estos activos pueden ayudarnos a preservar nuestro capital, sin que el valor de nuestra inversión sufra el impacto de la subida de precios o inflación objetivo del 2% anual*. Y dentro de la actual coyuntura económica, una buena opción de inversión en renta fija son los fondos de inversión con objetivo de rentabilidad.

¿Qué son los fondos de inversión con objetivo de rentabilidad?

Los fondos de inversión con objetivo de rentabilidad, pertenecientes a la categoría de renta fija y diseñados, por tanto, para inversores con un perfil conservador, son carteras diversificadas de emisiones de deuda y/o crédito que se adquieren en el momento del lanzamiento del fondo con un horizonte temporal definido (generalmente, entre 3 y 5 años), con vocación de mantenerlas hasta el vencimiento, que es una fecha próxima a la de finalización del fondo. De esta forma, se asegura una rentabilidad similar a la TIR (Tasa Interna de Retorno o rentabilidad) de compra de la cartera, descontando los gastos de gestión del fondo. Y decimos similar porque la reinversión de los cupones se hará a un precio desconocido en el momento inicial y variará ligeramente su rentabilidad al alza (si las compras se hacen a precios inferiores) o a la baja (si es a precios superiores). Estos fondos se suelen llamar también “Buy & Hold”.

Qué debes de tener en cuenta a la hora de invertir en un fondo con objetivo de rentabilidad

  • La valoración del fondo puede variar durante su vida, pero si no ocurren eventos de crédito –esto es, que alguno de sus emisores atraviese problemas a lo largo del periodo y no pueda atender el pago de los cupones y/o el principal (a esto lo denominamos riesgo de crédito)–, la rentabilidad bruta estará próxima a la TIR de compra de la cartera en el momento de su creación. Esto significa que, incluso si atravesásemos un periodo de caídas generalizadas en la renta fija, como ocurrió en 2022, el cobro de los cupones y la amortización a vencimiento cubrirían la rentabilidad objetivo inicial con la que se diseñó la cartera, una vez finalizadas las inversiones en la fecha de vencimiento.
  • Para garantizar la transparencia y protección de los inversores, las comisiones de gestión y depositaría no deben exceder el 0,6% anual o el 25% de la rentabilidad anual esperada del fondo. De lo contrario, la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) obliga a la gestora a comunicar de forma específica en el folleto que los costes absorben una parte significativa de su rendimiento.
  • Por último, es fundamental tener en cuenta el periodo de entrada en el fondo, ya que después de este lapso se aplican comisiones para desincentivar las compras. Y lo mismo ocurre con las ventas fuera de la fecha final del fondo. Esto se hace para no perjudicar al resto de partícipes, ya que la rentabilidad objetivo implica mantener la cartera sin ajustes hasta el vencimiento de las posiciones iniciales, excepto por las compras por reinversión de cupones.

La elección por un tipo u otro de fondos con objetivo de rentabilidad dependerá de tu perfil, cartera y estrategia. Puedes optar por diferentes tipos de fondos enfocados en vencimientos más cortos o largos, en emisiones de deuda pública o privada, y en emisiones de mayor o menor calidad crediticia. Lo importante es que, si estos fondos tienen cabida dentro de tus inversiones, no dejes pasar la ocasión, ya que históricamente el mejor momento para comprar renta fija coincide con la última subida de tipos de los bancos centrales. Y ese momento podría haber llegado.

*¿Cómo impacta la inflación en los fondos de renta fija?

No hay inversión 100% exenta de riesgos y la inflación o subida de precios no deja de ser un riesgo más en las inversiones en renta fija. Para comprender mejor este concepto, explicaremos brevemente la forma de actuar de los Bancos Centrales y veremos un par de ejemplos:

Los Bancos Centrales endurecen su política monetaria subiendo los intereses para controlar la inflación cuando ésta excede de su objetivo. Solo pueden subir los tipos de interés de intervención, es decir, los tipos de interés de corto plazo. A más largo plazo, la incidencia de esta acción pierde potencia a medida que nos alejamos en el tiempo, pero esto forma parte de la Estructura Temporal de Tipos de Interés sobre la que hablaremos en otra entrada. De momento nos vamos a quedar con la idea de que los tipos de intervención son los tipos de referencia de las emisiones de renta fija públicas (deuda) y privadas (crédito). Por ejemplo: si la empresa X acude a los mercados para financiarse, deberá emitir títulos al tipo de referencia a ese plazo más un diferencial para compensar el riesgo de crédito. Por tanto, si la emisión de la empresa X fue anterior a la subida de tipos, esos títulos se habrán emitido a unos tipos inferiores a los que lo debería haber hecho tras la subida de interés del BCE y esos bonos se cambiarán en el mercado a un precio inferior elevando su rentabilidad (TIR) a vencimiento. Dado un precio de venta conocido (y la amortización de los bonos generalmente se hace por el 100% de su valor nominal) y unos ingresos regulares (cupones) también conocidos, cuanto más barato compre mayor será mi rentabilidad. Una vez los tipos empiezan a bajar, el efecto en el merco es el contrario, y los precios de las emisiones se revalorizarán, reduciendo su TIR. Independientemente de estas fluctuaciones, si mantenemos el bono hasta el vencimiento, la TIR será la rentabilidad que obtendremos, pero si compramos a una mayor TIR y durante el camino el precio de los bonos se mueve a nuestro favor, mucho mejor. Y el momento actual puede coincidir con ese momento ideal descrito.

Por otro lado, imagina que inviertes 10.000 euros en un fondo de renta fija con un objetivo de rentabilidad anual del 4%, a un año vista. Y supón que la tasa de inflación es del 2% anual durante el periodo en el que mantienes tu inversión. Al final del año, habrías ganado 400 euros en intereses (4% de 10.000 euros), lo que elevaría el valor total de tu inversión (en términos nominales) a 10.400 euros. Pero como la inflación ha sido del 2% anual, los precios de los bienes y servicios han aumentado en consecuencia. Es decir, que lo que hace un año podrías haber adquirido por 10.000 euros, ahora vale 10.200 (+200 euros por ese 2% de inflación). Esto se traduce en que, en términos reales, solo tienes 200 euros adicionales (10.400 –10.200) y sirve para ilustrarte cómo, incluso con una inflación del 2%, el rendimiento de tu inversión en renta fija puede ser menor debido al efecto de la inflación. Así las cosas, si el interés ofrecido por el fondo de renta fija es superior a la tasa de inflación esperada, estamos hablando de un rendimiento real positivo (tu dinero aumenta en términos reales con el tiempo); si el interés ofrecido es igual a la inflación esperada, se habla de rendimiento neutro (los intereses igualan el aumento de precios); sin embargo, si el interés del fondo es menor a la inflación esperada, el rendimiento real es negativo (el crecimiento de los precios supera el crecimiento de tu inversión).

A día de hoy, la renta fija te puede ayudar a preservar el valor de tus inversiones en términos reales. Es verdad que no toda la renta fija paga lo suficiente y como siempre hay que ser selectivos a la hora de diseñar la cartera, pero una buena forma de aproximarse a ella son los fondos de inversión con objetivo de rentabilidad en los que nos hemos centrado en este artículo.

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Mi nombre es Francisco Martínez y gestiono las carteras de mis clientes desde el 2001, una vez finalicé el Máster en Banca y Finanzas en la Escuela de Finanzas Aplicadas de AFI

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Mi nombre es Francisco Martínez, aunque casi todos me llaman Paco. Gestiono las carteras de mis clientes desde 2001 desarrollando mi carrera profesional como asesor financiero para particulares y empresas.

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